El Hospital de Sant Pau de Barcelona no sólo es uno de los ejemplos más bellos de la arquitectura modernista catalana, sino también la historia de una época en la que la hospitalización era muy diferente para los pacientes. Echa un vistazo al interior del hospital renovado, que ahora sirve de museo.
De pie al pie de las escaleras frente a la entrada principal del Hospital de Sant Pau, en el barrio de El Guinardó, ya te sientes humilde ante la majestuosa obra arquitectónica.
A pesar de que el edificio está cerca de la famosa Sagrada Familia de Gaudí, aquí vienen muchos menos turistas. Esto a pesar de que es uno de los edificios modernistas más formales de Cataluña, y también fue donde Gaudí exhaló su último suspiro tras ser atropellado por un tranvía.
El Recinto Modernista de Sant Pau fue construido entre 1902 y 1930 por el arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner (1849-1923), considerado uno de los arquitectos más importantes del modernismo catalán. También construyó la sala de conciertos Palau de la Música . El proyecto fue financiado por el banquero Pau Gil.
El nuevo Hospital de Sant Pau debía sustituir a la antigua Santa Creu de Santa Pau, situada en el barrio del Raval, porque se había quedado pequeña a medida que crecía la población y se desarrollaban rápidamente los avances médicos.
Detrás del edificio principal hay toda una ciudad dentro de la ciudad, y además de ser la obra más importante de Domènech i Montaner, Sant Pau es también el mayor complejo modernista del mundo. Además del edificio principal, el complejo consta de 12 pabellones rodeados de vegetación y conectados por pasadizos subterráneos.
En 1997, Sant Pau fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su singular belleza arquitectónica y artística, y en 2009 el hospital se trasladó a edificios más nuevos situados detrás del antiguo complejo. Esto significa que ahora el público tiene acceso al hermoso hospital, que ahora funciona como museo.
Recorrido histórico por el hospital y la arquitectura
La visita a Sant Pau comienza bajo tierra, en la Sala Hipóstila que antaño albergaba las salas de urgencias. En las paredes se proyectan fotografías en blanco y negro de los antiguos quirófanos para que te hagas una idea de cómo eran las salas de exploración.
El recorrido continúa hasta el Pabellón de Sant Salvador, de dos plantas, que también sirve como espacio expositivo. Aquí conocerás la historia de Sant Pau y su importancia para los lugareños a través de exposiciones de objetos que se han utilizado en el hospital a lo largo de la historia.
En otra sala, podrás conocer la ideología de los arquitectos del modernismo y a Domènech en la obra de Montaner.
La decoración de la habitación con techos abovedados con azulejos turquesa y azul aguamarina en un fino dibujo geométrico y las paredes con azulejos blancos y adornos en delicados colores verde azulado y beige es una obra de arte en sí misma. Pasé mucho tiempo estudiando el hermoso trabajo en azulejos que caracteriza el modernismo catalán.
Fíjate también en las escaleras entre pisos con formas y adornos fantásticos. Fíjate en los techos de las esquinas del edificio, que presentan azulejos fantásticamente ornamentados, así como ventanas y puertas de madera maciza con formas curvas.
Exuberantes espacios verdes para sanar el cuerpo y el alma
El recorrido continúa en los exuberantes jardines del hospital, rodeados de pabellones construidos inspirándose en formas naturales. Hay mucha luz, plantas, flores, hierbas y árboles, y varios rincones acogedores.
Los jardines y los pabellones que los rodean son un bello ejemplo de cómo la naturaleza y la arquitectura pueden unirse y de cómo la naturaleza desempeñó un papel importante en la curación de los enfermos.
Paciente en un bello entorno
En los pabellones, que tienen torres y tejados abovedados con coloridos mosaicos, puedes hacerte una idea de la disposición de las salas del hospital y de las relaciones entre pacientes y médicos en la década de 1920.
El más bonito -y sorprendente- es sin duda el Pabellón de San Rafael, una reconstrucción de una antigua sala de pacientes con una iluminación suave y acogedora y bellos adornos florales de azulejos que adornan las paredes de azulejos color crema. El ambiente acogedor que se respira aquí es completamente distinto al de los hospitales modernos, y da que pensar. ¿Por qué ya no construimos hospitales con salas bonitas y acogedoras?
El pabellón también alberga una hermosa sala de jardín abovedada donde los pacientes podían sentarse y contemplar la vegetación a través de los grandes ventanales.
En el pabellón quirúrgico podrás hacerte una idea del trabajo médico de la época.
No todos los pabellones ni todo el edificio principal están abiertos al público, ya que algunas partes del complejo sirven como oficinas y lugares de trabajo para organizaciones que trabajan con la innovación, la sostenibilidad, la salud, la educación y la cultura.
La visita termina en el edificio principal, donde destaca la inspiración de Montaner en el estilo mudéjar. Un estilo en el que se inspiraron todos los arquitectos del modernismo. El edificio principal alberga una biblioteca y una iglesia, entre otras cosas, y aquí también te darás cuenta de cómo confluyen el sentido modernista de la luz, los colores, las columnas y las decoraciones.
Compra tu billete a Sant Pau
Durante las vacaciones y los días festivos, puede haber colas en la taquilla. Sáltate la cola y compra tu entrada al Recinte Modernista de Sant Pau por Internet aquí (enlace publicitario).
Sant Pau Recinte Modernista, Carrer de Sant Antoni Maria Claret 167