El espectacular Museo Guggenheim de Bilbao no sólo se ha consolidado como una de las mayores joyas arquitectónicas modernas de España. El museo atrae a tantos visitantes que ha vuelto a situar a Bilbao en el mapa turístico.
Actualizado en enero de 2020
Unas nubes densas habían oscurecido Bilbao y la ciudad era un gran charco cuando conduje por primera vez a lo largo del río Nervión a primera hora de la tarde. El Museo Guggenheim, revestido de titanio, brillaba en la oscuridad y se reflejaba mágicamente en el río. Allí, al otro lado del río, ya estaba convencida y, en cuanto me registré en el hotel, corrí a refugiarme de la lluvia bajo el puente rojo de La Salve para poder admirar las formas orgánicas y las coloridas placas de titanio del museo de 57 metros de altura. Me costó desprenderme de nuevo, y nunca había esperado con tanta impaciencia la apertura de un museo.
Araña y perro como comité de bienvenida
A la mañana siguiente, el Museo Guggenheim brillaba con luz propia mientras cruzaba el puente de La Salve en dirección al museo.
El arquitecto canadiense-estadounidense Frank O. Gehry creó el museo con su forma de pez y 33.000 placas de titanio que cambian de expresión según el tiempo y la luz.
Tanto si entras en el museo por la parte trasera como por la entrada principal, la vista es lo suficientemente sobrecogedora como para dejarte sin aliento. Cuando camines por la parte trasera del museo, te recibirá la araña gigante de Louise Bourgeois, Mamen, que te abraza como una gran madre animal protectora mientras te colocas bajo su cuerpo y te rodean sus delgadas patas.
En la entrada principal del museo, monta guardia el Puppy de Jeff Koons, de 23 metros de altura, cubierto con unas 60.000 flores de colores. Según Koons, el terrier pretende crear optimismo e infundir «confianza y seguridad». En el exterior del edificio también encontrarás la obra de Koons Tulipanes y obras de artistas como Yves Klein, Eduardo Chillida y Fujiko Nakaya. Te recomiendo encarecidamente que dediques mucho tiempo a pasear por el edificio de 24.000 metros cuadrados y observes de cerca cómo, desde todos los ángulos, interactúa maravillosamente con la zona ribereña.
En el interior, un gran atrio luminoso con paredes de piedra caliza y fachadas de cristal y titanio es el corazón del museo y conecta las tres plantas, de las que 11.000 metros cuadrados son espacio expositivo. Desde aquí se accede a las 20 galerías a través de pasarelas, escaleras y ascensores de cristal. En la planta baja puedes contemplar el río, el exterior del edificio y el arte del exterior y ver lo bien que se funden el interior y el exterior del edificio.
Obras de artistas españoles e internacionales
El Museo Guggenheim alberga exclusivamente arte moderno. En la planta baja encontrarás las obras permanentes del museo, como la interesante instalación La Materia del Tiempo creada por el escultor estadounidense Richard Serra. La instalación consta de siete esculturas en finas planchas de acero laminado que juntas forman un pasaje que llena toda la galería asimétrica de 130 metros de largo, la mayor del museo. A medida que caminas por el pasillo de esculturas, las formas cambian de espirales y elipses a toros de distintos tamaños y alturas. Sólo puedes mirar hacia arriba y tienes que volver por donde has entrado. Sierra desafía nuestra claustrofobia, pero si te rindes a las formas y colores cambiantes de las planchas de acero, el viaje es una experiencia asombrosa.
La exposición permanente del Museo Guggenheim cuenta con obras de artistas españoles e internacionales como Jorge Oteiza, Antonio Saura, Miquel Barceló, Joseph Beuys, Yves Klein, Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat y el artista italiano Francesco Clemente, que ha dedicado una galería entera a la obra Habitación de las madres.
El museo cuenta con un variado programa de exposiciones cambiantes en las que podrás conocer a artistas locales e internacionales. Jeff Koons, Louise Bourgeois y Andy Warhol han tenido exposiciones que muestran más que las obras permanentes que tienen en el museo, y también se han mostrado artistas como Francis Bacon, Yoko Ono, Antoni Tàpies y nuestro propio Asger Jorn. Las exposiciones permanentes también presentan regularmente temas como la fotografía y el videoarte.
No cabe duda de que el edificio de Frank Gehry alberga obras de arte interesantes, pero el edificio escultórico es una obra de arte en sí misma mayor que el arte que alberga.
Bilbao revitalizado
Financiado por la Solomon R. Guggenheim Foundation, el museo de Bilbao se inauguró en 1997.
Fue un encargo del gobierno vasco, que quería modernizar Bilbao, que había pasado históricamente de ser una ciudad portuaria e industrial de renombre a una ciudad en apuros, contaminada y con problemas económicos en la década de 1980. El Museo Guggenheim formaba parte de una serie de nuevas atracciones construidas para cumplir esa misión.
El museo se construyó estratégicamente en la antigua zona portuaria e industrial vital que ahora yacía desierta y abandonada. Con la elección de materiales de titanio y la forma de pez del museo, Frank Gehry creó un edificio que hace referencia a la zona y a la historia de Bilbao.
Desde la inauguración, las multitudes acudieron en masa, tan atraídas por el famoso arquitecto y su espectacular edificio como por las exposiciones. Desde entonces, el número de visitantes ha aumentado de forma tan espectacular que ha cambiado la ciudad en la dirección deseada. Bilbao tiene nuevos hoteles, tiendas, restaurantes y una ciudad más limpia, con más espacios verdes y carriles bici, por no mencionar más atracciones culturales.
El efecto Bilbao
Según las últimas cifras publicadas por el Museo Guggenheim, más de 1,1 millones de personas visitaron el museo de Bilbao en 2015, una cifra históricamente alta. El museo ha tenido un efecto deseable en la ciudad, tanto que personas de todo el mundo se inspiran y hablan del «efecto Bilbao».
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Museo Guggenheim de Bilbao
Abandoibarra Etorbidea 2 (ver mapa)
Horario: de martes a domingo de 10:00 a 20:00. Abierto ciertos lunes. Consulta las fechas en el sitio web.
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